Esta un poco alejado de la ciudad pero era lo que queríamos: aparcamiento y no tener el agobio de la ciudad ya que son bastante 'estrechas' e incómodas, y el lugartiene cierto sabor campestre. Muy fácil de localizar y los dueños con muchas ganas de agradar, muy simpáticos. El desayuno bien, pudiendo repetir sin problemas.

Fernando Muniz - Barcelona